Me encantan tus ojos verdes como el cielo.

Lingüística | 2018-05-18 20:10:39 |

Algo en lo que probablemente varios no hemos pensado jamás es en la influencia que nuestro idioma tiene sobre nosotros. No solo culturalmente, sino psicológica y fisiológicamente (como en el uso de músculos y articulaciones diferentes en algunos lenguajes).

En esta ocasión escribiré sobre la distinción de colores, el cual es un tema bastante discutido dentro de la lingüística. Tanto es así que se ha acuñado el término «Grue» como traducción en aquellos idiomas que no hacen la distinción entre azul y verde, tema mejor explicado por Tom Scott en el siguiente video (subtítulos disponibles en español):

El azul y el verde en el mundo.

Para extender la información presentada en el video, entre las diversas culturas que no hacen originalmente la distinción entre ambos tonos tenemos:

  • En la poesía arábiga clásica el color del cielo es referido como «el verde» (al-khaḍrā’). 
  • El galés arcaico ocupaba la palabra «glas» para referirse al color del cielo, pero también al color del pasto y de la plata. Solo después surgió la palabra «gwyrdd», tomada del latín, para referirse al color verde.
  • El japonés ocupaba la palabra «ao» (sustantivo) y «aoi» (adjetivo) para referirse tanto al azul como al verde. Solo recientemente se ha incluido «midori» para referirse al verde, lo que causa que en ocasiones los japoneses se refieran a las luces del semáforo como «rojo, amarillo y azul», y que la vegetación continúe también siendo «azul».

Dados estos ejemplos, viene la pregunta: ¿afecta nuestra percepción del mundo el no tener nombre para un tono, o tener nombres extra para diferentes tonos?

El lenguaje y nuestra percepción del mundo.

Pensemos por un momento, como hablantes del español, ¿qué pasaría si no existiera el término «rosa», y en su lugar para nosotros solo fuera «rojo claro»? Apuesto a que muchos cuyo color favorito es el rojo o el rosa comenzarían a entrar en conflicto (por suerte mi color favorito es el azul un tanto oscuro e intenso de los zafiros o del planeta Neptuno), pero el resto de nosotros, ¿percibiríamos el mundo de la misma forma? 

Esta es una pregunta que diversos psicólogos, antropólogos y lingüistas se preguntaron. Pregunta que después pusieron a prueba llegando a una conclusión un tanto aventurada:

Aquellos que no tienen el «azul» en su lenguaje, tienen dificultades para distinguirlo. Por lo tanto, los humanos de la antigüedad (como los griegos, quienes no poseían la palabra en su idioma) eran incapaces de ver el color azul.

Hoy, desde luego, esa teoría ha sido rechazada por completo. El hecho de no tener nombre para un color no implica que no seas capaz de percibirlo.

Así, por ejemplo, los vietnamitas y los hablantes de télugu en India pedirían información más específica del color con preguntas como «¿Azul agua o azul hoja?». Yendo más allá hay, de hecho, lenguas como el wobé, hablado en Costa de Marfil, que solo poseen palabras para tres colores (Claro, oscuro y rojo), o el hanunó'om de Filipinas, donde tienen solo cuatro colores (oscuro, claro, fresco y seco) y no podemos decir que sus hablantes tengan atrofia visual de ningún tipo.

La idea de que el idioma tiene influencia sobre nuestra percepción del mundo llevó a la creación de la «Hipótesis de Sapir-Whorf», o la Relatividad Lingüística en los años 40s, la cual teorizaba en su «forma fuerte» que nuestro lenguaje determinaba completamente la forma en que conceptualizábamos y percibíamos la realidad. Luego entonces, nuestra capacidad intelectual dependería de nuestro idioma nativo. Esta parte ha sido igualmente descartada.

La que aún sigue siendo objeto de debate es la «forma débil», la cual sostiene que el lenguaje afectará la forma en que entendemos las cosas (nivel «semántico»), es decir, dado un problema todos llegarán a la respuesta independientemente de su idioma, sin embargo, cómo racionalizaron las cosas en su mente será diferente.

Tal vez algún día tendremos la respuesta de qué tanto afecta el idioma en los conceptos que formamos, por el momento solo quedará continuar con la experimentación para entender mejor cómo nos comunicamos los habitantes de la Tierra, el planeta azul... o verde... o fresco... o claro.


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-forseti


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